Sweeney Todd
Bueno, qué decir sobre una película del monstruo (en todas las accepciones de la palabra) Tim Burton? Me encanta toda su obra ("El Planeta de los simios" no fue obra suya, ni siquiera existe, sólo fue una pesadilla que tuve).
Que Sweeney Todd se tratara de un musical, no me echaba nada para atrás , ya que "Pesadilla antes de Navidad" y "La novia cadáver" se trataban de musicales, cantaban marionetas, pero musicales al fin y al cabo, y por la estética "burtoniana", ésta se trataba de otro musical como los anteriores, pero con personajes de carne y hueso, si es que otro monstruo, esta vez de la interpretación, como Johnny Deep entra en la categoría de humano.
Dicen que la mayor expectativa que tenía Burton era si Deep estaría a la altura a la hora de soltar gorgoritos, pero si no me equivoco, este chaval tiene o tenía un grupo de rock, y ya cantaba en "La novia cadáver".
Bueno, que me desvío, la historia de Sweeney Todd, adaptada de un musical de Brodway, que a su vez fue adaptado de una leyenda urbana, nos cuenta como un pobre barbero es acusado de un delito que no ha cometido, por un juez que ansía arrebatarle a sus hermosas esposa e hija. Regresando varios años después sediento de sangre y venganza. Una historia ideal para el universo de Burton, y recreado a la perfección por éste. Más cercana, como he dicho antes, a sus precursoras protagonizadas por sus animadas marionetas, aderezada con un puntito a lo "Sleepy Hollow". Con un oscar más que merecido para Dante Ferretti por su dirección artística.
Mención especial merece el eterno secundario Timothy Spall, que es uno de esos actores de los que no tenemos ni idea de cómo se llaman, incluso que nos caen fatal, o dan asco, como en el caso del personaje que aquí interpreta, y del que no somos conscientes de lo bien que lo hace al no darnos cuenta de que la repulsión que sentimos es por la labor del propio actor. También podemos descubrir a un "Borat" Sacha Baron Cohen más alejado de los papeles a los que nos tiene acostumbrados, y a los que no lo sepan, incluso puede pasar inadvertido. De los jóvenes interpretes mejor no vamos a hablar, total, para decir que dan ganas de matarlos desde el principio.
De la dirección no hay mucho que decir, y es que ya sabemos de sobra como maneja la cámara este veterano de la escena. Donde, incluso apareciendo algún puntito gore, no nos hace sentir incómodos en ningún momento, ya que hasta para escenas sangrientas y de gargantas derramando a borbotones la vida de los pobres rellenos de empanadillas, vemos como es necesario mostrar según que cosas sin vanagloriarse en ello ni rallar el mal gusto.
Una película con la identidad clara de quien es su realizador, un universo ya con marca propia, donde el pesimismo tétrico es patente de corso, que se hace larga en algunos momentos, y con un final tan digno como trágico cual obra clásica, que nos deja el sabor agridulce de quien ha visto una buena película que podría haber sido mucho mejor. Y todo esto sin haber utilizado la palabra "gótico", cosa harto difícil cuando hablamos de Burton.